Cuando estudié la licenciatura en contaduría pública en la U.A.CH., jamás pasó por mi mente convertirme en docente.
Tal vez fue un producto de la casualidad o el destino que hizo que me involucrara como tal. Recuerdo que me encontraba laborando como auditor para un despacho contable, cuando una amistad me pidió que la acompañara a una entrevista de trabajo donde solicitaban maestros para laborar en el sistema de Telebachillerato, resulta que al llegar me preguntaron si a mí también me interesaba y no sé porque, pero les contesté afirmativamente ( ya que siempre me ha gustado enseñar lo que aprendo, en la universidad daba asesorías y en ese tiempo pasaba por una etapa en la que el trabajo absorbía todo mi tiempo y realmente sentía que no tenía tiempo ni para mí ), sin pensar que posteriormente a la que le darían el trabajo fuera a mí.
Al principio me desconcertó, pues no lo esperaba y mucho menos que me mandaran a la sierra, específicamente a Matachí, Chih; pero al platicarlo con mi madre que fue maestra por muchos años y la cual siempre me insistió en ser docente, me animo a irme como maestra unitaria a ésa región. Grande fue mi sorpresa al descubrir que me sentía muy a gusto impartiendo clases e involucrándome con los jóvenes en su aprendizaje y en sus problemas emocionales.
Con respecto a la preparación no me preocupe mucho ya que con respecto al método sobre todo en las áreas físico-matemáticas lo conocía y con respecto a la técnica, mi mamá me ayudo, pero sobre todo fue fundamental el poder com prender y entender las necesidades e intereses de los alumnos, pero no me sentía completa, necesitaba una formación docente que me ayudara a comprender y aplicar estrategias de enseñanza-aprendizaje, así que me inscribí en un diplomado en educación y ahí aprendí técnicas y estrategia que hoy en día me han ayudado mucho en mi quehacer docente.
Ser docente del nivel medio superior me compromete a una preparación constante para ser competitiva y vanguardista. Tengo 10 años de ser docente y me siento muy satisfecha de serlo. A lo largo de estos años, he acumulado muchas experiencias que he compartido con mis compañeros.
Todos los días se aprende algo nuevo y el ser humano nunca deja de aprender. En esta etapa de mi vida como profesional, me es grato ver que mis alumnos se han convertido en personas competitivas, analíticas y críticas en su aprendizaje y eso me llena de orgullo y satisfacción que me compromete en mi preparación y también con mi institución donde trabajo y mi país.
La labor docente es muy ardua, desgastante e incomprensible; sacrificamos muchas cosas como la familia, amigos, esparcimiento y salud. Aunque nuestro desempeño docente es competitivo no es bien remunerado como debiera ser. Sin embargo, seguimos como docentes por que de alguna manera u otra hicimos de esta profesión una verdadera vocación.
Tal vez fue un producto de la casualidad o el destino que hizo que me involucrara como tal. Recuerdo que me encontraba laborando como auditor para un despacho contable, cuando una amistad me pidió que la acompañara a una entrevista de trabajo donde solicitaban maestros para laborar en el sistema de Telebachillerato, resulta que al llegar me preguntaron si a mí también me interesaba y no sé porque, pero les contesté afirmativamente ( ya que siempre me ha gustado enseñar lo que aprendo, en la universidad daba asesorías y en ese tiempo pasaba por una etapa en la que el trabajo absorbía todo mi tiempo y realmente sentía que no tenía tiempo ni para mí ), sin pensar que posteriormente a la que le darían el trabajo fuera a mí.
Al principio me desconcertó, pues no lo esperaba y mucho menos que me mandaran a la sierra, específicamente a Matachí, Chih; pero al platicarlo con mi madre que fue maestra por muchos años y la cual siempre me insistió en ser docente, me animo a irme como maestra unitaria a ésa región. Grande fue mi sorpresa al descubrir que me sentía muy a gusto impartiendo clases e involucrándome con los jóvenes en su aprendizaje y en sus problemas emocionales.
Con respecto a la preparación no me preocupe mucho ya que con respecto al método sobre todo en las áreas físico-matemáticas lo conocía y con respecto a la técnica, mi mamá me ayudo, pero sobre todo fue fundamental el poder com prender y entender las necesidades e intereses de los alumnos, pero no me sentía completa, necesitaba una formación docente que me ayudara a comprender y aplicar estrategias de enseñanza-aprendizaje, así que me inscribí en un diplomado en educación y ahí aprendí técnicas y estrategia que hoy en día me han ayudado mucho en mi quehacer docente.
Ser docente del nivel medio superior me compromete a una preparación constante para ser competitiva y vanguardista. Tengo 10 años de ser docente y me siento muy satisfecha de serlo. A lo largo de estos años, he acumulado muchas experiencias que he compartido con mis compañeros.
Todos los días se aprende algo nuevo y el ser humano nunca deja de aprender. En esta etapa de mi vida como profesional, me es grato ver que mis alumnos se han convertido en personas competitivas, analíticas y críticas en su aprendizaje y eso me llena de orgullo y satisfacción que me compromete en mi preparación y también con mi institución donde trabajo y mi país.
La labor docente es muy ardua, desgastante e incomprensible; sacrificamos muchas cosas como la familia, amigos, esparcimiento y salud. Aunque nuestro desempeño docente es competitivo no es bien remunerado como debiera ser. Sin embargo, seguimos como docentes por que de alguna manera u otra hicimos de esta profesión una verdadera vocación.
Miriam, la labor docente es loable, pero cuando se desarrolla en donde más se necesita es admirable. El aspecto de entender las necesidades de los alumnos, expresado en tu exposici{on, me resulta fundamental para la relación que se establce, la empatía es un rasgo fundamental, a veces propio de la personalidad del sujeto, otras, se tendrá que hacer un esfuerzo mayor.
ResponderEliminarUn abrazo.